Después del encuentro con Jade, ella viajó unos días a Colombia, Uruguay y México para presentar la obra que estaba ensayando, Max se había ido de viaje también, para una competencia con sus compañeros en Perú, por lo tanto me tocó pasar algunas semanas sola en el apartamento. Esas semanas que pasé sola las tomé para enfocarme en el curso, además de eso, estuve practicando algunas recetas del libro de recetas japonesas como me prometí a mi misma hacer anteriormente.
Unas semanas después terminé finalmente mi curso, me sentía contenta por haberlo logrado, aunque aún no me daban los resultados, me los enviarían a mi e-mail en un par de días a mí y a mi jefa Valentina que estaba en Miami, lo cuál me ponía nerviosa, porque esos resultados dependían de lo que haría más adelante, si irme de la ciudad o quedarme.
Con los nervios que cargaba, quise quedarme en casa hasta esperar los resultados y distraerme haciendo recetas, no sabía cuando llegaba Max, así que me puse a trabajar desde que llegué.
Preparé sushi y croquetas de cangrejo con un té de limón frío esa noche , degusté todo lo que preparé en mi sofá favorito, frente al ventanal de mi habitación.
Mirando hacia el vacío, me quedé pensando en muchas cosas.
Pensé en lo que pasaría si lograba mi meta de pasar la prueba, en lo que vendrá y las nuevas cosas que haría, también pensé que si no pasaba, me quedaría con Max como ella me lo había propuesto, trabajando en alguna cafetería o pastelería de la ciudad y nos ayudaríamos mutuamente.
Salí hacia la terraza a desviar un tanto mi cabeza, estaba pensando demasiado las cosas. Eran las 9:34pm, afortunadamente la noche no estaba nublada, podía distraerme viendo las estrellas, pero tenía más ganas de hablar con alguien que verlas. No quería molestar a Max ni a Jade porque tenían sus agendas apretadas, por lo tanto, fui a revisar el estante con los libros que tenía, hallé un libro para colorear mandalas, tomé los colores, el iPod y me fui a dibujar en la mesa de la sala.
Estuve dibujando, comiendo chucherías y escuchando música hasta las doce de la madrugada, por el cansancio que sentía decidí dejar todo en la mesa. Caminé rápido hacia mi cama, abracé las frías sábanas y en cuestión de segundos me quedé dormida.
Unas horas más tarde, me despertó un olor de torta que llegó hasta mi habitación.
<< Hmm... Huele divino en la cocina, qué rico. >>
<< Espera... pero se supone que yo estoy sola. >>
Salí volada de la habitación, corrí asustada hacia la cocina, cuando veo, era Max, estaba preparando un brownie con pedazos de nuez.
- ¡Ay, coño de la madre! ¡Eras tú, Dios! - dije asustada
- ¡Qué grata bienvenida la tuya, cariño! - dijo en tono sarcástico
- Disculpa, Max, es que pensé que había dejado la cocina encendida y salí corriendo y , y , y ...
- ¿Y cómo no ibas a saber que era yo? Te dejé mensajes en la noche, pero por lo que veo, te quedaste dormida de nuevo. Además, Gina, ¿cómo pensarás que dejaste la cocina encendida? ¿A qué hora te acostaste anoche?
- Muy tarde, no quiero dar detalles. En fin... Te extrañé mucho, Max, estar sola es muy genial, pero hasta cierto punto. Te quiero y perdón mi saludo random. - me acerqué a ella a abrazarla.
Ella estaba mirándome de una manera chistosa, de seguro le parecía gracioso cómo lucía al despertar, tenía el cabello más esponjoso de lo normal y tenía unas enormes ojeras.
- También te extrañé, ojalá hubieses ido conmigo a Perú, la gastronomía allá es increíble. - dijo ella.
- Sí, algo así me han dicho, perdóname, pero ¿quieres que me quede acá contigo mientras cocinas o...
- Vete a dormir, Gina, son las ocho de la mañana, el mínimo de horas para dormir son 7 o 8 horas, pero tú eres un pequeño koala andante y necesitas más, anda, descansa, y preparas algo rico al despertar, ¿te parece?
- ¿Extrañaste mi comida? - pregunté
- Siempre, estuve comiendo sandwiches en las mañanas con un jugo de naranja que compré en una tienda, no eran tan buenos como los tuyos.
- Prometo cocinarte o prepararte algo de beber cuando despierte, ¿si? Dormiré.
- Descansa, pequeña koala.
Después de mi gran descanso quise por fin levantarme, vi el reloj en la pared, eran las 2:13pm, tenía hambre, quise aprovechar y verme en el espejo, estaba hecha un desastre, mi cabello tenía la forma de un garabato y mi cara estaba llena de marcas de la funda de mi almohada.
<< Mierda, que fea estoy. Creo que debería darme un buen baño. >>
Corrí a darme un buen baño, al salir me puse mis blue jeans altos, con mi camisa favorita de Flash Gordon, mis converse vinotinto, me coloqué mis aretes plateados y me hice un moño alto en el cabello , caminé hacia el espejo nuevamente a verme.
<< No está mal, mucho mejor, ahora si parezco gente. >>
Salí a la cocina a buscar a Max, la llamé varias veces, la busqué en su cuarto y no estaba. Luego me di cuenta que dejó una nota en mi puerta.
" Gina, fui a comprar comida. Tómate el día libre fuera de la cocina, yo invito, hay que celebrar porque pasaste tu curso. En el horno está la bandeja de brownies y compré helado. Date un gusto, llegaré pronto para comer juntas el almuerzo, te quiero.
Con amor: Max. "
Sonreí al ver la nota, la tomé y la guardé en mi cajón de cartas.
<< Espera... Pero si yo no le dije a Max que había terminado el curso, ¿cómo lo sabe?
¡AY MIERDA! >>
Corrí hacia mi teléfono celular, lo busqué por toda la habitación, estaba bajo la tapa de un libro dentro de mi cajón, al tomarlo vi que tenía 8 llamadas perdidas de mi jefa, el e-mail de mi nota del curso y los sms de Max que no leí la noche anterior. Estaba comenzando temblar, olvidaba que me daban la nota entre hoy y mañana. Mi hipótesis era que si Max sabía que terminé mi curso, era porque habló en la mañana con mi jefa, Valentina.
En casos de que no aparecía por alguna razón, ella le comunicaba e informaba a Max las tareas que yo debía realizar, para luego Max decírmelas. Decidí calmarme, ordenar ideas. Me senté en la orilla de la cama, respiré profundo y me dispuse a llamar a mi jefa.
*Beep*
*Beep*
<< Come on .. >>
*Beep*
*Beep*
- ¡HOLA, MI NIÑA! - gritó alegremente.
- Hola, ¿cómo está usted? Disculpe que no pude contestarle, lo siento, dejé el teléfono botado y eso... - dije nerviosa.
- Tranquila, pude imaginarlo, te llamé desde temprano, no contestabas y llamé a tu amiga Max, a ver qué había sucedido, me asusté imaginando que te pasó algo, pero me contó que te trasnochaste, ¿estabas festejando por tus resultados, Ginita?
- No, estaba coloreando en un... Wait, what? ¿Pasé?
- ¿No has visto tus resultados? Nahuel me los envió una vez que los tenía listos.
- No, es que he estado un poco nerviosa y por eso me acosté tarde.
- Bueno, ¿qué estás esperando? Léelos.
- SI, SI, YA VOY, YA VOY, BOSS.
Puse el teléfono en altavoz, entré en la bandeja de mi correo desde el móvil y me dispuse a leer el correo del profesor Nahuel con mis resultados.
- Blah, blah, blah, yo, el chef pastelero Nahuel Vecchio dicté un curso el día tal, blah, blah, blah.. OH, ¡AQUÍ ESTÁ MI NOMBRE!
- ¡Ajá! ¿Qué dice? - dijo emocionada.
- "La señorita Gina Elizabeth obtuvo un total de 93 puntos" ¡CASI 100! ¡AAAAAAAAAAAAAAH! ¡PASÉ, PASÉ! ¡PENSÉ QUE NO LO HARÍA!
- Te dije que podías, incluso, sacaste más puntaje de lo estimado.
- Gracias por creer en mí, de verdad, tengo una alegría tremenda, tanto que tengo ganas de llorar.
- Se nota desde aquí, bueno pasaste tu curso y por eso tienes un premio también. - dijo ella.
- ¿Ah? ¿Un premio? ¿Cuál es? ¿Me gané un viaje a Disneyland como en la gente en la Tv? - dije en tono alegre. Mi jefa empezó a reírse.
- Si tuviera boletos para Disneyland, hace rato estuvieras aquí conmigo.
- Entonces, ¿qué clase de premio es? - pregunté
- El puntaje estimado para que pasaras era más del 50%, si no lo tenías, regresabas a trabajar en Venezuela o te quedabas con Nahuel en Argentina, pero viendo que casi lograste el 100%, quiero ofrecerte esta propuesta.
- Escucho. - dije nerviosa.
- Te he hablado de que mi familia tiene varias cafeterías en varios países, y yo me encargaría de enviarte al que mejor te adaptarías, pero viendo que diste lo mejor de ti, tú escogerás a cuál te quieres ir.
- ¡QUÉ!
- Sí, ese es tu premio, ¿te gusta? Porque si no te gusta, podemos cambiarlo a un viaje a Disneyland como querías.
- NO, NO, NO. LO DE DISNEYLAND ERA BROMA, ESTO ES MEJOR.
- Ja, lo sabía. Entonces mi niña, ¿a dónde quieres ir?
- Yo... - dije nerviosa, no sabía que decir, estaba emocionada y en shock a la vez.
- Respira, Ginita, sé que estás contenta, ¿quieres meditarlo y decirme luego a dónde quieres ir?
- NO, NO. NO ES NECESARIO. ES QUE ANDO MUY EMOCIONADA.
- Sí, puedo notarlo y es normal después de esos resultados. Entonces, dime, ¿a dónde quieres ir?
- Quisiera trabajar en Italia, siempre he querido ir allá, ¿se puede?
- ¡Es tu premio, claro que puedes!
- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH ¿DE VERDAD?
- Sí, claro, es lo que quieres ¿no?
- SÍ. ME ENCANTARÍA. Wait.. ¿Y dónde me quedaría allá?
- Ah, no te preocupes, a dos cuadras o tres de la cafetería, está un apartamento de mi familia que no usamos, ese será tu hogar, Italia es muy bonita, pero particularmente no hemos vuelto allí porque no es nuestro ambiente. Bueno, entonces, ¿segura de tu decisión?
- Sí, muy segura.
- Muy bien, Gina, perfecto. ¿Qué día es hoy, mi niña?
- Sábado. ¿Por qué? - pregunté.
- Ah, bueno, déjame moverme con los boletos, y todo eso, pero eso del lunes o martes tienes que irte.
- ¿Cómo? ¿Tan pronto? - pregunté
- Sí, así son las cosas en los negocios, debes llegar rápido, comenzar de una vez y todo eso, así empecé yo y muchos que se van a otro país contratados.
- Ah, entiendo, entiendo. Bueno, está bien.
- Cuídate, estaré llamándote a las 8:00pm para avisarte lo de tu vuelo, te quiero.
- Yo también la quiero, gracias. Bye.
Me recosté en mi cama, estaba sonriendo como idiota por los resultados, no dejaba de pensar en que iría a Italia como quería, que todo lo que hice me salió bien, abracé la almohada y sentí mariposas en el estómago. Tenía lo que soñaba, pero de en ese instante pensé en Max, en lo genial que es vivir con ella, en Jade y que por fin la tenía cerca después de tanto tiempo, y de que a penas tenía ya dos meses en este lugar y no quería irme.
Estuve imaginando todo por un par de horas, mi vida, mis cosas, las cosas que aún no había hecho con mis amigas, y ese final que dejé por la mitad con John de nunca verlo.
<< ¿Y si llamo a mi jefa y le digo que me quedo aquí? >>
<< No, no, ya le dije que quería Italia, también es poco profesional que de haber tomado una decisión, ahora venga yo y le diga otra cosa, eso es poco profesional y ella no se calaría ese joropo, pero... Se supone que lo que realmente quería era eso, ¿no? Entonces, ¿por qué no quiero irme? >>
"Es porque además de que te gusta mucho este lugar, después de mucho tiempo te sientes feliz, bien contigo misma, Gina, porque ya no estás pensando en cosas del pasado, de preguntarte qué hubiera pasado si vivirías con ese amor que tuviste hace años atrás, o las personas que conociste en esa travesía que conectaban con él.
Ahora estás viviendo tu vida enfocada en el presente y en el futuro, construyendo lo que quieres, también estás con las personas que quieres, y no sólo eso, te estas tomando más en cuent. Ya no te silencias como antes, ahora si piensas en ti, respetas más tus decisiones, tu punto de vista y te escuchas más y eso es bonito. No le temas a las oportunidades, de eso se trata la vida, de cambios, de cosas nuevas y muchas cosas que aprender."
<< Solía preguntarme cómo hubiese sido mi vida si él no se hubiera ido, en cómo estaría, si pensaba en mí, qué haría, entre otras cosas, pero él ya no está, se fue y no entiendo por qué me costó tanto aceptarlo. No me di cuenta que ahora estoy bien y que no lo necesito, porque estoy haciendo lo que me gusta, que es la cocina, tengo a mis amigas y tengo buenas oportunidades .
¿Sabes? Es extraño, pero a veces el hecho de que tenga una vida estable, más bien, el no sentirme triste me parece raro, pero a la vez es gracioso, porque cuando hay calma, de que la vida te da cosas buenas, disfrutar y estar felices por ello, algunas personas suele estar esperando que otra vez lleguen los desastres, en vez de pensar que llegarán cosas buenas a sus vidas porque se lo merecen. >>
" ¿Y qué harás ahora? "
<< Creo que si ya tomé una decisión, entonces debo ir por ello, nunca me han gustado las despedidas, pero toca, no hay de otra. >>
- ¡YA LLEGUÉ! - gritó Max.
- ¡MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAX! - Grité yo.
Max corrió hacia el cuarto lo más rápido que pudo, ella estaba mirándome desde la puerta de mi habitación, yo estaba sentada en la orilla de mi cama.
- Hola, cariño, ¿qué pasa? - preguntó.
- No, nada, estuve debatiendo algo conmigo misma por bastante tiempo mientras venías y me siento bien.
- ¿Otra vez hablando contigo misma? A veces puede ser algo raro, pero debería intentarlo.
- Es raro, pero ayuda, es como escuchar una voz distinta en ti, creo que en el fondo todos tenemos la respuesta de nuestros problemas, pero nos da miedo solucionarlos. Bueno, ya, estoy hablando mucha paja, tengo noticias. - Dije emocionada.
- Oh, ¿Es sobre tu curso? Hablé con tu jefa, me dijo que aprobaste.
- ¡Sí, saqué 93 puntos!
- LO SABÍA, SABÍA QUE PODRÍAS. ESTOY MUY FELIZ POR TI Y ADIVINA...
- ¿Qué? ¿Qué pasa?
- Te compré un regalo por eso, ven, vamos a la cocina.
- Te dije que no me compres regalos, me da mucha pena.
- Cállese, usted vaya a la cocina y mire.
- Vale, vale, está bien.
Caminé hacia la cocina, estaba dos cajas de pizza, un par de botellas de té frío, un regalo envuelto y una carta.
- No es mucho, pero de verdad quiero que sepas que eres la mejor y que eres grandiosa y ¿qué mejor manera de festejarlo comiendo pizza?
- Coño, chama, te botaste, debería sacar 93 puntos de 100 más seguido, de pana.
- La carta no la leas, léela cuando tengas que irte.
- ¿Irme? ¿Cómo sabes que me voy?
- Instinto, además, si no quedarías, buscarías alguna forma de progresar, eso haces siempre, si no fuese cierto, no estarías aquí.
- Ay, Max... No me hagas llorar.
- Que marica eres. - dijo bromeando.
- Tú si que sabes arruinar mis momentos sentimentales.
- Es broma, cariño, amo verte sentimental, bueno, ¿qué estamos esperando? Vamos a comer, tengo mucha hambre.
- Espera...
Corrí y abracé a Max. Ella se quedó muy quieta, pero luego me devolvió el abrazo.
- Gracias, gracias por estar aquí, por ser mi mejor amiga, por leer todas mis cosas desde lejos y cerca, y más que nada, por quererme y estar a mi lado a pesar de todo.
- Nunca podré devolverte lo que has hecho por mí, amo verte feliz y darte lo mejor de lo mejor porque eres la mejor.
- Bueno, ya, dejemos la cursilería, también tengo hambre. Comemos de una vez.
Max había comprado dos cajas de pizza, la primera era una pizza con tocineta, maíz y pepperoni , la otra era una pizza 4 quesos.
Mientras comíamos, hablamos de lo que se venía, le comenté a Max el premio que me dio mi jefa Valentina, y que sabía que inmediatamente me iría a Italia, comentó algunas cosas que le gustaron de Perú, que conoció gente agradable, y que esperaba ansiosa las horas del almuerzo porque comía platos interesantes.
- ¿Le has comentado a Jade lo de tu viaje? - preguntó ella
- No, no todavía, recuerda que Jade casi nunca tiene el teléfono a la mano por su agenda apretada, debo llamarla a la hora de contarle algo, es la única manera de que esté al tanto de las cosas que me pasan.
- ¿Y cuando la llamarás?
- Cuando mi jefa me diga cuando me voy. Ella dijo que quiere que me vaya en dos días, si es así, no podré ver a Jade, ella está creo que en México ahora mismo, presentando su obra.
- ¿No estaba en Uruguay?
- No lo sé, ella nunca se queda en un mismo sitio, parece un carajito eléctrico que se mueve pa'todos lados, aunque en vez de "lados" pondría países.
- Ese acento.
- Ugh, a veces se me sale, lo siento. - dije apenada.
Unos pedazos de pizza más tarde, empezó a sonar mi celular, estaba tan concentrada comiendo la pizza que decidí contestar sin ver quién era.
- Hola, buenas tardes, habla Gina, ¿quién habla?
- ¡Hola, mi niña!
- Heey, ¿cómo está usted?
- Bien, bien, ¿qué estás haciendo ahorita?
- Estoy comiendo pizza con Max.
- Uy, que rico, bueno, ya, vamos directo al asunto.
- ¿Qué asunto? ¿Pasó algo?
- No, nada, no te preocupes, sé que te llamaría a las 8pm, pero sabes bien que soy olvidadiza, en fin, ya te conseguí los boletos, ¿qué te parece? - dijo emocionada.
- WHAT? ¿DE PANA?
- Sí, de pana.
- ¿Para cuando?
- Te vas el martes, a las 11am, ¿te parece bien? Creo que el horario estuvo bien, quería que te fueras el lunes, pero el horario era a las 3am y no...
- No, no, está bien, me parece estupendo.
- Muy bien, te enviaré todo por tu e-mail, nos hablamos entonces, un abrazo.
- ¡Gracias, un abrazo también!
Ella había colgado. Sentía que mis manos comenzaban a temblar.
<< Ay, mierda, no puedo creer que esto esté pasando. >>
- ¿Qué pasa, Gi?
- EHm...
- Gi, habla, ¿quién era?
- Era mi jefa.
- ¿Valentina? OH, ¿QUÉ TE DIJO?
- Me voy el martes, a Italia a las 11am y ... No lo sé, creo que estoy muy feliz, es una sensación rara que extrañé en mí, pero es genial, me gusta y sería lindo acostumbrarme a ella, ¿no crees?
To be continued.
Estuve dibujando, comiendo chucherías y escuchando música hasta las doce de la madrugada, por el cansancio que sentía decidí dejar todo en la mesa. Caminé rápido hacia mi cama, abracé las frías sábanas y en cuestión de segundos me quedé dormida.
Unas horas más tarde, me despertó un olor de torta que llegó hasta mi habitación.
<< Hmm... Huele divino en la cocina, qué rico. >>
<< Espera... pero se supone que yo estoy sola. >>
Salí volada de la habitación, corrí asustada hacia la cocina, cuando veo, era Max, estaba preparando un brownie con pedazos de nuez.
- ¡Ay, coño de la madre! ¡Eras tú, Dios! - dije asustada
- ¡Qué grata bienvenida la tuya, cariño! - dijo en tono sarcástico
- Disculpa, Max, es que pensé que había dejado la cocina encendida y salí corriendo y , y , y ...
- ¿Y cómo no ibas a saber que era yo? Te dejé mensajes en la noche, pero por lo que veo, te quedaste dormida de nuevo. Además, Gina, ¿cómo pensarás que dejaste la cocina encendida? ¿A qué hora te acostaste anoche?
- Muy tarde, no quiero dar detalles. En fin... Te extrañé mucho, Max, estar sola es muy genial, pero hasta cierto punto. Te quiero y perdón mi saludo random. - me acerqué a ella a abrazarla.
Ella estaba mirándome de una manera chistosa, de seguro le parecía gracioso cómo lucía al despertar, tenía el cabello más esponjoso de lo normal y tenía unas enormes ojeras.
- También te extrañé, ojalá hubieses ido conmigo a Perú, la gastronomía allá es increíble. - dijo ella.
- Sí, algo así me han dicho, perdóname, pero ¿quieres que me quede acá contigo mientras cocinas o...
- Vete a dormir, Gina, son las ocho de la mañana, el mínimo de horas para dormir son 7 o 8 horas, pero tú eres un pequeño koala andante y necesitas más, anda, descansa, y preparas algo rico al despertar, ¿te parece?
- ¿Extrañaste mi comida? - pregunté
- Siempre, estuve comiendo sandwiches en las mañanas con un jugo de naranja que compré en una tienda, no eran tan buenos como los tuyos.
- Prometo cocinarte o prepararte algo de beber cuando despierte, ¿si? Dormiré.
- Descansa, pequeña koala.
Después de mi gran descanso quise por fin levantarme, vi el reloj en la pared, eran las 2:13pm, tenía hambre, quise aprovechar y verme en el espejo, estaba hecha un desastre, mi cabello tenía la forma de un garabato y mi cara estaba llena de marcas de la funda de mi almohada.
<< Mierda, que fea estoy. Creo que debería darme un buen baño. >>
Corrí a darme un buen baño, al salir me puse mis blue jeans altos, con mi camisa favorita de Flash Gordon, mis converse vinotinto, me coloqué mis aretes plateados y me hice un moño alto en el cabello , caminé hacia el espejo nuevamente a verme.
<< No está mal, mucho mejor, ahora si parezco gente. >>
Salí a la cocina a buscar a Max, la llamé varias veces, la busqué en su cuarto y no estaba. Luego me di cuenta que dejó una nota en mi puerta.
" Gina, fui a comprar comida. Tómate el día libre fuera de la cocina, yo invito, hay que celebrar porque pasaste tu curso. En el horno está la bandeja de brownies y compré helado. Date un gusto, llegaré pronto para comer juntas el almuerzo, te quiero.
Con amor: Max. "
Sonreí al ver la nota, la tomé y la guardé en mi cajón de cartas.
<< Espera... Pero si yo no le dije a Max que había terminado el curso, ¿cómo lo sabe?
¡AY MIERDA! >>
Corrí hacia mi teléfono celular, lo busqué por toda la habitación, estaba bajo la tapa de un libro dentro de mi cajón, al tomarlo vi que tenía 8 llamadas perdidas de mi jefa, el e-mail de mi nota del curso y los sms de Max que no leí la noche anterior. Estaba comenzando temblar, olvidaba que me daban la nota entre hoy y mañana. Mi hipótesis era que si Max sabía que terminé mi curso, era porque habló en la mañana con mi jefa, Valentina.
En casos de que no aparecía por alguna razón, ella le comunicaba e informaba a Max las tareas que yo debía realizar, para luego Max decírmelas. Decidí calmarme, ordenar ideas. Me senté en la orilla de la cama, respiré profundo y me dispuse a llamar a mi jefa.
*Beep*
*Beep*
<< Come on .. >>
*Beep*
*Beep*
- ¡HOLA, MI NIÑA! - gritó alegremente.
- Hola, ¿cómo está usted? Disculpe que no pude contestarle, lo siento, dejé el teléfono botado y eso... - dije nerviosa.
- Tranquila, pude imaginarlo, te llamé desde temprano, no contestabas y llamé a tu amiga Max, a ver qué había sucedido, me asusté imaginando que te pasó algo, pero me contó que te trasnochaste, ¿estabas festejando por tus resultados, Ginita?
- No, estaba coloreando en un... Wait, what? ¿Pasé?
- ¿No has visto tus resultados? Nahuel me los envió una vez que los tenía listos.
- No, es que he estado un poco nerviosa y por eso me acosté tarde.
- Bueno, ¿qué estás esperando? Léelos.
- SI, SI, YA VOY, YA VOY, BOSS.
Puse el teléfono en altavoz, entré en la bandeja de mi correo desde el móvil y me dispuse a leer el correo del profesor Nahuel con mis resultados.
- Blah, blah, blah, yo, el chef pastelero Nahuel Vecchio dicté un curso el día tal, blah, blah, blah.. OH, ¡AQUÍ ESTÁ MI NOMBRE!
- ¡Ajá! ¿Qué dice? - dijo emocionada.
- "La señorita Gina Elizabeth obtuvo un total de 93 puntos" ¡CASI 100! ¡AAAAAAAAAAAAAAH! ¡PASÉ, PASÉ! ¡PENSÉ QUE NO LO HARÍA!
- Te dije que podías, incluso, sacaste más puntaje de lo estimado.
- Gracias por creer en mí, de verdad, tengo una alegría tremenda, tanto que tengo ganas de llorar.
- Se nota desde aquí, bueno pasaste tu curso y por eso tienes un premio también. - dijo ella.
- ¿Ah? ¿Un premio? ¿Cuál es? ¿Me gané un viaje a Disneyland como en la gente en la Tv? - dije en tono alegre. Mi jefa empezó a reírse.
- Si tuviera boletos para Disneyland, hace rato estuvieras aquí conmigo.
- Entonces, ¿qué clase de premio es? - pregunté
- El puntaje estimado para que pasaras era más del 50%, si no lo tenías, regresabas a trabajar en Venezuela o te quedabas con Nahuel en Argentina, pero viendo que casi lograste el 100%, quiero ofrecerte esta propuesta.
- Escucho. - dije nerviosa.
- Te he hablado de que mi familia tiene varias cafeterías en varios países, y yo me encargaría de enviarte al que mejor te adaptarías, pero viendo que diste lo mejor de ti, tú escogerás a cuál te quieres ir.
- ¡QUÉ!
- Sí, ese es tu premio, ¿te gusta? Porque si no te gusta, podemos cambiarlo a un viaje a Disneyland como querías.
- NO, NO, NO. LO DE DISNEYLAND ERA BROMA, ESTO ES MEJOR.
- Ja, lo sabía. Entonces mi niña, ¿a dónde quieres ir?
- Yo... - dije nerviosa, no sabía que decir, estaba emocionada y en shock a la vez.
- Respira, Ginita, sé que estás contenta, ¿quieres meditarlo y decirme luego a dónde quieres ir?
- NO, NO. NO ES NECESARIO. ES QUE ANDO MUY EMOCIONADA.
- Sí, puedo notarlo y es normal después de esos resultados. Entonces, dime, ¿a dónde quieres ir?
- Quisiera trabajar en Italia, siempre he querido ir allá, ¿se puede?
- ¡Es tu premio, claro que puedes!
- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH ¿DE VERDAD?
- Sí, claro, es lo que quieres ¿no?
- SÍ. ME ENCANTARÍA. Wait.. ¿Y dónde me quedaría allá?
- Ah, no te preocupes, a dos cuadras o tres de la cafetería, está un apartamento de mi familia que no usamos, ese será tu hogar, Italia es muy bonita, pero particularmente no hemos vuelto allí porque no es nuestro ambiente. Bueno, entonces, ¿segura de tu decisión?
- Sí, muy segura.
- Muy bien, Gina, perfecto. ¿Qué día es hoy, mi niña?
- Sábado. ¿Por qué? - pregunté.
- Ah, bueno, déjame moverme con los boletos, y todo eso, pero eso del lunes o martes tienes que irte.
- ¿Cómo? ¿Tan pronto? - pregunté
- Sí, así son las cosas en los negocios, debes llegar rápido, comenzar de una vez y todo eso, así empecé yo y muchos que se van a otro país contratados.
- Ah, entiendo, entiendo. Bueno, está bien.
- Cuídate, estaré llamándote a las 8:00pm para avisarte lo de tu vuelo, te quiero.
- Yo también la quiero, gracias. Bye.
Me recosté en mi cama, estaba sonriendo como idiota por los resultados, no dejaba de pensar en que iría a Italia como quería, que todo lo que hice me salió bien, abracé la almohada y sentí mariposas en el estómago. Tenía lo que soñaba, pero de en ese instante pensé en Max, en lo genial que es vivir con ella, en Jade y que por fin la tenía cerca después de tanto tiempo, y de que a penas tenía ya dos meses en este lugar y no quería irme.
Estuve imaginando todo por un par de horas, mi vida, mis cosas, las cosas que aún no había hecho con mis amigas, y ese final que dejé por la mitad con John de nunca verlo.
<< ¿Y si llamo a mi jefa y le digo que me quedo aquí? >>
<< No, no, ya le dije que quería Italia, también es poco profesional que de haber tomado una decisión, ahora venga yo y le diga otra cosa, eso es poco profesional y ella no se calaría ese joropo, pero... Se supone que lo que realmente quería era eso, ¿no? Entonces, ¿por qué no quiero irme? >>
"Es porque además de que te gusta mucho este lugar, después de mucho tiempo te sientes feliz, bien contigo misma, Gina, porque ya no estás pensando en cosas del pasado, de preguntarte qué hubiera pasado si vivirías con ese amor que tuviste hace años atrás, o las personas que conociste en esa travesía que conectaban con él.
Ahora estás viviendo tu vida enfocada en el presente y en el futuro, construyendo lo que quieres, también estás con las personas que quieres, y no sólo eso, te estas tomando más en cuent. Ya no te silencias como antes, ahora si piensas en ti, respetas más tus decisiones, tu punto de vista y te escuchas más y eso es bonito. No le temas a las oportunidades, de eso se trata la vida, de cambios, de cosas nuevas y muchas cosas que aprender."
<< Solía preguntarme cómo hubiese sido mi vida si él no se hubiera ido, en cómo estaría, si pensaba en mí, qué haría, entre otras cosas, pero él ya no está, se fue y no entiendo por qué me costó tanto aceptarlo. No me di cuenta que ahora estoy bien y que no lo necesito, porque estoy haciendo lo que me gusta, que es la cocina, tengo a mis amigas y tengo buenas oportunidades .
¿Sabes? Es extraño, pero a veces el hecho de que tenga una vida estable, más bien, el no sentirme triste me parece raro, pero a la vez es gracioso, porque cuando hay calma, de que la vida te da cosas buenas, disfrutar y estar felices por ello, algunas personas suele estar esperando que otra vez lleguen los desastres, en vez de pensar que llegarán cosas buenas a sus vidas porque se lo merecen. >>
" ¿Y qué harás ahora? "
<< Creo que si ya tomé una decisión, entonces debo ir por ello, nunca me han gustado las despedidas, pero toca, no hay de otra. >>
- ¡YA LLEGUÉ! - gritó Max.
- ¡MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAX! - Grité yo.
Max corrió hacia el cuarto lo más rápido que pudo, ella estaba mirándome desde la puerta de mi habitación, yo estaba sentada en la orilla de mi cama.
- Hola, cariño, ¿qué pasa? - preguntó.
- No, nada, estuve debatiendo algo conmigo misma por bastante tiempo mientras venías y me siento bien.
- ¿Otra vez hablando contigo misma? A veces puede ser algo raro, pero debería intentarlo.
- Es raro, pero ayuda, es como escuchar una voz distinta en ti, creo que en el fondo todos tenemos la respuesta de nuestros problemas, pero nos da miedo solucionarlos. Bueno, ya, estoy hablando mucha paja, tengo noticias. - Dije emocionada.
- Oh, ¿Es sobre tu curso? Hablé con tu jefa, me dijo que aprobaste.
- ¡Sí, saqué 93 puntos!
- LO SABÍA, SABÍA QUE PODRÍAS. ESTOY MUY FELIZ POR TI Y ADIVINA...
- ¿Qué? ¿Qué pasa?
- Te compré un regalo por eso, ven, vamos a la cocina.
- Te dije que no me compres regalos, me da mucha pena.
- Cállese, usted vaya a la cocina y mire.
- Vale, vale, está bien.
Caminé hacia la cocina, estaba dos cajas de pizza, un par de botellas de té frío, un regalo envuelto y una carta.
- No es mucho, pero de verdad quiero que sepas que eres la mejor y que eres grandiosa y ¿qué mejor manera de festejarlo comiendo pizza?
- Coño, chama, te botaste, debería sacar 93 puntos de 100 más seguido, de pana.
- La carta no la leas, léela cuando tengas que irte.
- ¿Irme? ¿Cómo sabes que me voy?
- Instinto, además, si no quedarías, buscarías alguna forma de progresar, eso haces siempre, si no fuese cierto, no estarías aquí.
- Ay, Max... No me hagas llorar.
- Que marica eres. - dijo bromeando.
- Tú si que sabes arruinar mis momentos sentimentales.
- Es broma, cariño, amo verte sentimental, bueno, ¿qué estamos esperando? Vamos a comer, tengo mucha hambre.
- Espera...
Corrí y abracé a Max. Ella se quedó muy quieta, pero luego me devolvió el abrazo.
- Gracias, gracias por estar aquí, por ser mi mejor amiga, por leer todas mis cosas desde lejos y cerca, y más que nada, por quererme y estar a mi lado a pesar de todo.
- Nunca podré devolverte lo que has hecho por mí, amo verte feliz y darte lo mejor de lo mejor porque eres la mejor.
- Bueno, ya, dejemos la cursilería, también tengo hambre. Comemos de una vez.
Max había comprado dos cajas de pizza, la primera era una pizza con tocineta, maíz y pepperoni , la otra era una pizza 4 quesos.
Mientras comíamos, hablamos de lo que se venía, le comenté a Max el premio que me dio mi jefa Valentina, y que sabía que inmediatamente me iría a Italia, comentó algunas cosas que le gustaron de Perú, que conoció gente agradable, y que esperaba ansiosa las horas del almuerzo porque comía platos interesantes.
- ¿Le has comentado a Jade lo de tu viaje? - preguntó ella
- No, no todavía, recuerda que Jade casi nunca tiene el teléfono a la mano por su agenda apretada, debo llamarla a la hora de contarle algo, es la única manera de que esté al tanto de las cosas que me pasan.
- ¿Y cuando la llamarás?
- Cuando mi jefa me diga cuando me voy. Ella dijo que quiere que me vaya en dos días, si es así, no podré ver a Jade, ella está creo que en México ahora mismo, presentando su obra.
- ¿No estaba en Uruguay?
- No lo sé, ella nunca se queda en un mismo sitio, parece un carajito eléctrico que se mueve pa'todos lados, aunque en vez de "lados" pondría países.
- Ese acento.
- Ugh, a veces se me sale, lo siento. - dije apenada.
Unos pedazos de pizza más tarde, empezó a sonar mi celular, estaba tan concentrada comiendo la pizza que decidí contestar sin ver quién era.
- Hola, buenas tardes, habla Gina, ¿quién habla?
- ¡Hola, mi niña!
- Heey, ¿cómo está usted?
- Bien, bien, ¿qué estás haciendo ahorita?
- Estoy comiendo pizza con Max.
- Uy, que rico, bueno, ya, vamos directo al asunto.
- ¿Qué asunto? ¿Pasó algo?
- No, nada, no te preocupes, sé que te llamaría a las 8pm, pero sabes bien que soy olvidadiza, en fin, ya te conseguí los boletos, ¿qué te parece? - dijo emocionada.
- WHAT? ¿DE PANA?
- Sí, de pana.
- ¿Para cuando?
- Te vas el martes, a las 11am, ¿te parece bien? Creo que el horario estuvo bien, quería que te fueras el lunes, pero el horario era a las 3am y no...
- No, no, está bien, me parece estupendo.
- Muy bien, te enviaré todo por tu e-mail, nos hablamos entonces, un abrazo.
- ¡Gracias, un abrazo también!
Ella había colgado. Sentía que mis manos comenzaban a temblar.
<< Ay, mierda, no puedo creer que esto esté pasando. >>
- ¿Qué pasa, Gi?
- EHm...
- Gi, habla, ¿quién era?
- Era mi jefa.
- ¿Valentina? OH, ¿QUÉ TE DIJO?
- Me voy el martes, a Italia a las 11am y ... No lo sé, creo que estoy muy feliz, es una sensación rara que extrañé en mí, pero es genial, me gusta y sería lindo acostumbrarme a ella, ¿no crees?
To be continued.
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