Iniciar nunca es sencillo, la verdad, creo que lo más complicado que uno puede imaginar es cómo comenzar algo. Puedo visualizar con mucha facilidad el final de lo que quisiera hacer o más bien, la escena de un momento que he esperado por años, más no el inicio, cómo comenzar, cómo dar los primeros pasos. Tal vez inseguridad, porque no nos creemos lo suficientemente capaces de llegar a hacer grandes cosas, por ejemplo.
Seré honesta, tiendo a cuestionarme demasiado, mis buenas ideas llegan tan inesperadas como una lluvia tras un sol brillante, o como que te envíe un mensaje de texto tu crush pensando que eres algo invisible para él o ella, o ver una buena nota en un examen que no dedicaste tiempo para estudiar el contenido. A todos en algún momento nos sucede y es a veces tan chistoso o tan desesperante, porque esa Gran Idea es como ver un Diente de León entrando por la ventana, si no lo atrapas en cuestión de segundos, probablemente no lo vuelvas a ver, porque la mayoría de las veces que te llegan a la cabeza tu posible idea millonaria -Bueno, no idea millonaria exactamente, aunque hay un momento en que pensamos algo como eso y nos imaginamos todos exitosos por esa idea repentina, poderes de la imaginación, supongo- puede desaparecer en cuestión de segundos.
Hubo un día, en que se me ocurrió algo muy interesante para una clase estando en el bus de la Universidad, pero eran las 6:15am, la pereza me consumía estando en ese autobús, me confíe demasiado que lo recordaría, pero al llegar a mi Universidad la había olvidado por completo.
Ese día aprendí que llevar contigo un bolígrafo y una pequeña libreta a todos lados es de mucha importancia, no sabes cuando llegará el momento en que esa idea aparecerá y puedas hacer cosas grandes en algún momento de tu vida.
That's all.
- Gabbs.
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